



Espacios abiertos: Ventas cerradas.
Muchas de las personas que suspendieron la compra de un inmueble por la pandemia, finalmente están llegando al punto de retomar sus intenciones y es el momento de los agentes inmobiliarios de ponerse proactivos y ofrecer las mejores alternativas adaptadas a los nuevos tiempos. En las grandes metrópolis, las compras más demandadas son las de unidades habitacionales o departamentos en edificios verticales, una práctica que en provincia no es tan habitual pero que, dependiendo del crecimiento y reurbanización de las capitales, cada vez es más común. Mérida es el ejemplo perfecto de una ciudad en amplio crecimiento que cada vez oferta (gracias a la demanda), mayores desarrollos en vertical.
Partiendo de lo anterior, es bien importante considerar dos factores para vender más durante esta reactivación: 1) Estudiar y comprender las opciones de financiamiento a las cuales puede tener acceso un cliente; 2) Ofrecer alternativas que incluyan espacios más abiertos como balcones, jardines o áreas comunes de esparcimiento que no los “atrapen” en un cajón sin salida. Consideraría también mencionar una tercera opción que por lógica se va a empezar a fortalecer en las próximas semanas: personas que han decidido gracias a los puntos anteriores, abandonar o no renovar sus alquileres y decidirse finalmente a ser dueños de propiedades. El famoso portal español Fotocasa, compartió la información de que en sus búsquedas se registró un incremento de 40% en las búsquedas de unidades que cuenten con alguna terraza, jardín o balcón. Lo mismo ocurrirá con los futuros viajeros (spoiler alert para inversionistas de unidades en modalidad Airbnb)... la gente estará buscando cada vez más, hospedarse en sitios que permitan mayor ventilación y luminosidad.
Lo mencionado anteriormente es relativo si abrimos también la alternativa de gente que quizá no pueda acceder a viviendas con un metraje más amplio y tenga que descartar vivir en la zona urbana, lo que abre un abanico de oportunidades para los desarrollos que se encuentran fuera de este círculo y que también son una buena opción por no estar tan encajonados y permitir espacios con menos
densidad de población o que todavía están rodeados de áreas verdes con entornos más tranquilos.
Según la empresa Quality Real Estate, ha habido una demanda acelerada en Europa para la adquisición de propiedades con estas características, debido a la triste predicción de una segunda oleada de la pandemia (en Francia y España ya no es predicción, es realidad) y no dudemos que podría ocurrir una situación de demanda similar en México ya que existe mucha gente cuya movilidad social está en ajuste por sus actividades laborales o económicas. Por cierto, no está de más
mencionar que no estamos en una caída de precios de bienes inmuebles como mucha gente pensaría por la crisis económica, sino que por varios factores, entre los mencionados anteriormente, podremos ver incluso un incremento en precios en muchas de las ciudades más importantes del país, por lo que ojo con la manera en la cual percibimos el comportamiento del mercado.
Por último, como menciona María Fernanda Cobo en su editorial para El Universo en Ecuador, (Octubre 2020), no olvidemos que “la vivienda representa diferentes dimensiones del bienestar social: es un bien económico, un derecho humano, una plataforma de desarrollo; transita entre ser una mercancía y un bien social”. El sector privado tiene que empezar a promover alternativas basadas en la nueva normalidad que incluyan más áreas verdes y ventilación, ya que por cuestiones
de salud, serán factores determinantes en la compra de un bien inmueble en los próximos meses.
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